martes, 30 de marzo de 2010

Adios.

Adiós.

Pondré fin a esta pesadilla, no seré yo esclavo de tus deseos rogaré a tus ojos que no me miren, pues, mienten igual que tus palabras dices las cosas sin pensar sólo dices cosas por decir, no pensaré en tí ni en nosotros, no pensaré en lo que pudo ser y que no fue.

Te veo en mis sueños te veo caminando huyes de mí te llamo pero pasas de mí sigues caminando hasta tal sitio que te paras sacas la rosa la tiras en ese césped bastante cuidado, te viras, caminas, te paras delante de mí y me das un beso en la frente y te vas corriendo y yo voy detrás de tí con ganas de abrazarte, gritando tu nombre como nunca lo había gritado, nunca olvidé el momento que te conocí.

Nunca tuve miedo al miedo nunca tuve miedo a tus labios nunca tuve miedo a tus ojos, nunca tuve miedo a tu rechazo, nunca tuve miedo a nada.

Si me rechazastes, nunca lo supe, si me amastes, nunca me di cuenta.

La realidad hay que aceptarla por muy dura que sea.



Adiós