viernes, 27 de mayo de 2011

La diferencia es inevitable.

Unos quieren sal y otros azúcar
Unos quieren leer y otros oír
Unos quieren saltar y otros dormir.


Cada día que pasa me doy cuenta que hay gente que se quiere comer el mundo, se quiere comer el sol, las estrellas y su acompañada luna, esto no tiene ni pies ni cabeza, pero todo el mundo quiere ser el central de todo, todos queremos que todos nos saluden que nos achuchen cuando nosotros queramos.
 Yo no.
 Yo quiero dar vueltas y vueltas lentas y sentir como el mundo va a  mi alrededor, quiero vivir en el mundo, pero no quiero  hacer de él un apetito.

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